Marcel Pena
Aktualitateko erredaktorea / Redactor de actualidad

El 46,5% de las estudiantes de cocina cree que existe desigualdad de género en el sector

Un estudio ha apuntado a la falta de oportunidades, la invisibilización y la dificultad para conciliar vida persona y profesional como las principales causas por las que las mujeres tienen menos oportunidades en el sector de la alta cocina, tal como cree un 46,5% de las estudiantes encuestadas.

Churruca y Laespada en la presentación del informe, este lunes en Bilbo.
Churruca y Laespada en la presentación del informe, este lunes en Bilbo. (Mikel MARTÍNEZ DE TRESPUENTES | FOKU)

El 46,5% de las estudiantes de cocina y el 87,5% de las cocineras profesionales afirma que en el sector de la alta cocina no existen las mismas oportunidades para hombres y mujeres. Así lo recoge un estudio realizado por el Departamento Foral de Empleo, Cohesión Social e Igualdad de la Diputación de Bizkaia, y que apunta a la falta de oportunidades, la invisibilización y la dificultad para conciliar la vida personal y profesional como principales desafíos para el desarrollo de las mujeres en el sector.

La responsable de dicho Departamento Foral, Teresa Laespada, y la presidenta de la Academia Vasca de Gastronomía, María del Mar Churruca, han ofrecido este lunes en rueda de prensa los detalles del informe elaborado entre ambos entes y desarrollado por la Universidad de Deusto. Del mismo se desprende que «las estructuras de poder continúan limitando el acceso de las mujeres a puestos de liderazgo» en cocina, a pesar de que la vocación sigue siendo «el principal motor de elección» para el 92,8% de las estudiantes.

Así lo ha señalado Laespada, quien ha afirmado que a pesar de que históricamente, debido a los roles de género, la cocina ha sido un espacio gestionado por las mujeres, son los hombres quienes se llevan el reconocimiento en forma de estrellas Michelin. «Me gustaría reivindicar a las guisanderas, esas mujeres que han bordado las esencias de la cocina popular. Creo que no hay ningún cocinero masculino que no refiera sus inicios en la cocina de su casa con su madre, su abuela, sus tías o sus familiares. Siempre mujeres, pero ellas escondidas y ellos con estrella», ha sentenciado.

Por su parte, Churruca ha hecho referencia a la maternidad como uno de los factores que afecta a las mujeres a la hora de obtener más reconocimiento en la alta cocina. «La falta de flexibilidad en los horarios y las largas jornadas laborales provocan que las mujeres tengan que elegir entre el desarrollo profesional y su vida personal. Algo que raramente se plantea en el caso de los hombres. En este tipo de exigencia laboral, hay una diferencia de género tremenda y refuerza la idea de que queda mucho camino por recorrer», ha indicado Churruca.

De hecho, aunque solo un 35,7% de las estudiantes cree que sea un impedimento, un 64,3% de ellas considera que la maternidad es «la razón principal por la que hay más hombres que mujeres en la alta cocina». Esta percepción es aún más acentuada entre las cocineras profesionales, donde el 87,5% señala la maternidad como un freno en sus carreras.

Si bien ninguna encuestada considera que ser chef sea «cosa de hombres», el 46,5% de las estudiantes y el 87,5% de las profesionales cree que el sector no ofrece las mismas oportunidades a hombres y mujeres. Además, hasta el 50% de las estudiantes y el 62,5% de las cocineras opinan que ellas tienen menos posibilidades de destacar en la alta cocina.

«Como hemos venido haciendo en otros ámbitos, como la industria, en el mundo de la cocina hay que empezar a meter cuñas y visibilizar a las mujeres para que sean líderes», ha destacado Laespada, una vez analizados los datos del estudio.

La encuesta se ha llevado a cabo entre un centenar de alumnas de las escuelas de hostelería de Artxanda, Leioa y Galdakao, en Bizkaia, y de Cebanc y Aiala, en Gipuzkoa. En cuanto a las cocineras profesionales, se han realizado ocho entrevistas cualitativas a profesionales como Lara Martín, del restaurante Mina de Bilbo; Elena Arzak, del restaurante Arzak de Donostia; o Zuriñe García, de El Paladar, en Portugalete.