Pello Guerra
Redactor de actualidad / Aktualitateko erredaktorea

El Condestable ofrece un viaje en el tiempo cargado de recuerdos con las fotografías de Lacalle

«Jodé, la que se lió ese día», «¡Pero si este es...!». Estas son algunas de las expresiones que se escuchan en el patio del Condestable de Iruñea, donde se ofrece un viaje cargado de recuerdos al pasado reciente de Nafarroa a través de las imágenes del fotoperiodista Joxe Lacalle.

Un joven encaramado en el tejado del gaztetxe Lore Etxea.
Un joven encaramado en el tejado del gaztetxe Lore Etxea. (Joxe LACALLE)

Un montón de recuerdos del pasado reciente de Nafarroa aguardan al visitante en el patio del Civivox Condestable de Iruñea, que hasta el 27 de abril alberga una exposición retrospectiva del fotoperiodista Joxe Lacalle integrada por 61 imágenes colgadas en las paredes y otras 140 que se pueden ver en un televisor.

El encuadre y el ojo siempre avizor de Lacalle reciben al visitante nada más acceder al lugar donde se muestra el resultado de décadas de trabajo, a través de un cartel en el que condensa años de periodismo fotográfico.

Como él mismo señala, «qué buenos recuerdos me quedan de toda esta vida como reportero gráfico», aunque también emergen «los malos momentos que tuve que soportar: insultos, la confiscación de carretes, la ruptura de cámaras e, incluso, una vez, la detención». En ese terreno, destaca que «para mí, lo más duro fue el cierre de ‘Egin’ y ‘Egunkaria’», medios para los que trabajó, además de GARA.

Pero su optimismo le lleva a ver la botella medio llena, así que también resalta que «fue un placer poder trabajar para ambos periódicos y compartir momentos con tan buenos compañeros» y que «lo mejor ha sido el cariño, el afecto y el apoyo que todos vosotros me habéis demostrado».

En su saludo, se declara «seguidor de Robert Capa, fotógrafo de varias guerras, y siempre recuerdo una de sus frases: ‘Si tu foto no es lo suficientemente buena, es porque no estabas lo suficientemente cerca’. Y esto, en nuestro trabajo diario, era una gran verdad».

Un pasado convulso y reivindicativo

Y Lacalle estaba cerca, especialmente cerca, como se puede apreciar en esas imágenes que integran la exposición y en las que se recogen sus primeras colaboraciones con ‘Egin’, allá por 1978, cuando contaba con 27 años y recogió con su cámara la petición de amnistía que hacían las largas pancartas colgadas por toda la fachada del Ayuntamiento de Iruñea y posteriormente, esos sanfermines reventados y que dejaron una huella imborrable en la ciudad.

Pancarta en recuerdo de la muerte de Germán Rodríguez en los sanfermines del 78. (Joxe LACALLE)

A partir de ahí, se suceden las fotografías que nos acercan a un pasado reciente convulso y reivindicativo en el que se van sucediendo las imágenes sobre las más variadas protestas populares, como contra el vertedero de Aranguren, el desalojo de gaztetxes como Lore Etxea, la lucha obrera, la feminista y la respuesta popular contra el parking de la plaza del Castillo, con un capítulo especial dedicado a la insumisión.

Pero también aparece su faceta más artística y deportiva, con fotografías sobre grupos musicales, paisajes, los sanfermines, Osasuna, Korrika o el Carnaval.

Algunas de ellas resultan icónicas, como la de un miembro del gaztetxe Lore Etxea encaramado en el tejado del edificio con apariencia de veleta, las sangrientas cargas durante las protestas contra el vertedero de Aranguren, la del culatazo en toda la boca propinado por un policía español durante el rechazo popular al aparcamiento de la plaza del Castillo o ese cruce de miradas entre un insumiso sentado en la carretera ante el Gobierno militar de Iruñea y un antidisturbios con todo el equipo.

Blanco y negro, y color, analógica y digital se van combinando en las imágenes, en una muestra más de la evolución que ha experimentado la fotografía desde que Lacalle se inició en este campo allá por los 60 para ponerse oficialmente detrás del objetivo a partir de 1975.

Así, en una vitrina se muestra material de fotografía de esa época, como carretes y una lupa de negativos, para pasar a las primeras décadas del siglo XX con un lector de negativos y las hojas en las que se guardaban esos negativos, y que se observan como auténticas reliquias en un mundo en el que las imágenes se acumulan en los teléfonos móviles.

Posteriormente ya empezó a colaborar con ‘Egin’, hasta pasar a estar en plantilla en 1988. Más adelante llegarían los cierres de ese periódico en 1998 y de ‘Egunkaria’ en 2003.

Ese último año tuvo que dejar el fotoperiodismo para regresar a la hostelería, en la que ya había trabajado regentando el bar Lacalle de Jarauta, hasta que se jubiló en 2014, aunque sin desprenderse del todo de la cámara, con la que ha seguido cubriendo diferentes eventos de la actualidad.

Donación del fondo

Toda esa actividad se ha traducido en un fondo con unas cifras mareantes, ya que consta de 175.000 negativos, 40.000 negativos digitalizados y 50.000 fotografías digitales.

Algunas de esas imágenes se han publicado en dos libros fotográficos titulados ‘Memorias de Lacalle’ y ‘Si te mandan una carta’, centrado en la insumisión.

Durante el verano de 2025 se realizará el inventario de ese ingente fondo y se llevará a cabo la digitalización de las hojas de contacto. Un fondo que será donado a una institución, donde terminarán recalando décadas de trabajo y pasión por la fotografía reflejada en unas imágenes muchas veces tomadas en el ojo del huracán. Como dice el mismo Joxe, «ya veis, Lacalle, siempre en la calle».