Periodista, especializado en información cultural / Kazetaria, kulturan espezializatua
Entrevista
Asier Cuiral ‘Cuiri’, y Aarón Romero, miembros de Linaje

«Queremos reventar todas las salas»

La joven banda de Berriozar, con Aarón Romero al frente, se estrena con ‘Desataron a los perros’, un disco que recoge el legado del rock urbano que han puesto en sus manos artistas como Extremoduro, Luter, Albertucho o Marea.

Los integrantes de Linaje presentan su primer disco, ‘Desataron a los perros’.
Los integrantes de Linaje presentan su primer disco, ‘Desataron a los perros’. (Iñigo URIZ | FOKU)

La cita con Linaje, a la que acuden uno de los guitarristas del grupo, Asier Cuiral ‘Cuiri’, y Aarón Romero, cantante y compositor de los diez temas del primer disco de la banda, ‘Desataron a los perros’, está puesta, como no podía ser de otro modo, en el bar Cristal de Berriozar, un pequeño museo del rocanrol en el que puedes comerte un cachopo Marea, un cachopo Kolibrí o un cachopo Kutxi.

Es el cuartel de invierno del clan Marea (de hecho, la plaza en la que está el Cristal se llama oficialmente plaza Marea). Unos metros más allá se encuentra el Kutxitril, el txoko de Kutxi Romero, cantante de Marea y aita de Aarón, donde en varias ocasiones lo hemos entrevistado  mientras Aarón, con solo once o doce años, ya andaba trasteando en la guitarra con desparpajo y naturalidad. Se ha criado en ese humus, a las faldas de Robe o El Drogas, tocando el cajón en las fiestas gitanas de Berriozar, llamando tío a Alén Ayerdi «el hombre más poderoso del rock en español» (así ha calificado recientemente el diario ‘El País’ al batería de Marea y Ciclonautas y cabeza visible de El Dromedario Records), bebiendo a morro de los nacederos del rock urbano: Rosendo, Luter, Barricada, Bocanada, Extremoduro, Pontxo K, Albertucho... y Marea, por supuesto.

La autoescuela del tío Alén

Lejos de sentir miedo o responsabilidad o de dar pábulo a las odiosas comparaciones, Linaje, el nombre del jovencísimo grupo navarro, es un homenaje a sus orígenes y a sus mayores. Recogen el legado del rocanrol sin disimulo y sin que les tiemble el pulso. «Responsabilidad cero», afirma Aarón Romero. «Yo he vivido todo esto con normalidad. Con Kutxi he tocado desde pequeño, nos enseñamos las cosas que hacemos, nos sentimos orgullosos el uno del otro. Lo poco que sé de la vida y de la música lo he aprendido de él. Y con El Dromedario, lo mismo. Es como si tu tío tiene una autoescuela. ¿Dónde te vas a sacar el carnet? Pues mi tío tiene una discográfica».

Desataron a los perros, efectivamente, lo publica El Dromedario Records. Han tenido entre algodones a Linaje, cuidando cada detalle de su primer disco: ha sido grabado en los estudios R5 por Kolibrí Diaz, guitarrista de Marea, y Txutxín Martín, y remasterizado por Chris Gehringerd en los estudios Sterling de Nueva York, y cuenta con un cuidadísimo libreto en el que el arte –mucho arte− corre a cargo de Iosu  Berriobeña.

Y han esperando el momento propicio para desatar la correa, cuando otros artistas de la compañía como Robe o Marea estuvieran en barbecho, conscientes de que todos los ojos y todos los oídos y todas las esperanzas del rocanrol callejero están puestos en esta joven banda. «Sí, nos han cuidado mucho, porque nosotros teníamos la impaciencia de querer publicar cuanto antes. Tocar sin disco está bien, hemos dado ya casi treinta conciertos, pero también quieres aportar algo más a tu público», dice Asier ‘Cuiri’. Y Aarón Romero añade: «Pero menos mal que hemos sabido esperar, porque así hemos podido pulir cada detalle, estrofa a estrofa en cada canción. Si lo hubiéramos sacado cuando queríamos habría sido un desastre».

Cinco colegas de Berriozar

Y todo parece indicar que la espera ha merecido la pena. En el momento en que hicimos esta entrevista el disco aún no había salido a la calle y la preventa iba como un tiro. Han colocado el cartel de completo ya en sus primeros conciertos, en salas de ciudades como Barcelona y Madrid, y les aguarda una gira con cincuenta fechas. No está nada mal para cinco veinteañeros de Berriozar, amigos de toda la vida, compañeros del colegio público de su pueblo, cuyos nombres empiezan todos por A: Aarón Romero (guitarrista), Asier Cuiral (guitarrista), Aimar Goikoa (guitarrista), Alain García (bajo) y Asier González (batería). “Yo llevo desde los diez o doce años haciendo canciones con el batería” dice Romero. 

«Un día, en el colegio de Berriozar me encontré a Alain y Aimar, que estaban tocando en una sala de ensayo, yo los conocía,  pero no sabía que tocaban un instrumento, les dije que tenía unas canciones… Y luego cogimos a este, que no sabía tocar, pero como era mi colega», señala a Asier, a su lado, quien sonríe y explica: «Me lesioné jugando a fútbol y como iba a estar mucho tiempo parado, un día Aarón vino a casa y me regaló una guitarra, me dijo que me encajaba perfectamente en el hueco que me quedaba, ahí sentado, y que iba a tocar con él, que no tenía otra opción, y que él me iba a enseñar todo lo que sabía… Y así aprendí, viendo, tocando con gente que sabe tocar…».



Les preguntamos a continuación si se sienten bichos raros entre la gente de su edad, en esa franja en la que los gustos musicales parecen haberse alejado del rock. «¿Bichos raros?  Igual si hubiésemos nacido en otro sitio... Pero en Berriozar era muy difícil ser otra cosa, es un pueblo muy rockero, todavía sigue habiendo a menudo conciertos, o en Iruña, que ha sabido guardar su esencia, y siguen saliendo grupos jóvenes».  

Donde bailan las navajas

Las diez canciones de ‘Desataron a los perros’ han sido escritas por Aarón Romero, y en todas ellas hay colaboraciones (Albertucho, por ejemplo, pone la voz en ‘Querida libertad’ o el cantante flamenco Ángel Oncray hace de todo menos cantar −dar palmas y quejíos, tocar el cajón− en una de las preferidas del grupo, ‘A la luna le sobran canciones’). «Me gusta mucho investigar las etimologías de las palabras», cuenta Romero sobre las letras. «Me fijo en ellas si leo o escucho una palabra que no conozco o me gusta, en cualquier situación, por la calle, o viendo un documental de leones. Me gusta explorar, aprender.  El disco tiene algunas cosas muy metafóricas, pero no pasan de ser letras que podría escribir cualquier chaval de mi edad, bueno, cualquier chaval que se haya interesado un poco por la literatura. Hablo de mis primeros amores, de la calle, del barrio, de la familia, de dónde vengo… Es un disco que fundamentalmente creo que habla de eso. Por ejemplo, en ‘A remojo’, la primera canción que hicimos, cada estrofa comienza con un donde (‘donde cada noche huele a cabalgada’, ‘donde bailan las navajas’, ‘donde se baila en vena’...) y hablo de eso, de dónde vengo, de dónde me escondo… Y también en otras, como El vendaval, de la soledad, o de la libertad. De la libertad hablo mucho».

Colección de primeras veces

Musicalmente las canciones se ubican con descaro y con orgullo en el rock urbano, aunque con algunos ribetes de rock andaluz y también con algunos temas próximos a los medios tiempos o la balada, como la emocional ‘Aún me duele’, con la guitarra de Julen Caba y la voz de Aarón desnudas, grabadas en una sola toma de alta intensidad emocional. Hay también un tema en euskera, ‘Askatu ezazu ilea’. «Es un gesto, menos el batería todos somos euskadunes, quizás hemos dejado fuera alguna con mayor valor en lo musical, pero queríamos que hubiera constancia de la importancia que para nosotros tiene el euskera», explica ‘Cuiri’.

Para el segundo disco quieren componer con aportaciones de todo el grupo. «Para este no ha dado tiempo, llegué yo con los diez temas y en el grupo lo que hemos hecho ha sido arreglarlos», explica Romero. Y añade que el bajista del grupo ya ha escrito la intro para los conciertos en directo, en los que prometen un potente espectáculo, mimado en cada detalle y con sorpresas. Por delante les espera la carretera y toda una colección de primeras veces (primera gira, primeras reacciones del público ante las canciones tocadas en directo, primeras entrevistas −la que nos conceden a nosotros la resuelven con una madurez y una claridad de ideas e intenciones pasmosas−), que afrontan con entusiasmo, sin preocuparse demasiado por el futuro, con el ímpetu juvenil de vivir el momento, aprender, conocer otros lugares... «Queremos reventar todas las salas», dicen.

Talento y energía no les faltan. Han desatado a los perros y ahora quieren comerse el mundo a bocados. Ahora tienen por delante una intensa gira, que ya recaló en Bilbo el pasado 7 de marzo y que lo hará en Gasteiz (Urban Rock Concept) el próximo 25 de abril.