Arnaitz Gorriti
Kirol-erredaktorea, saskibaloian espezializatua / redactor deportivo, especialista de Baloncesto

Una «bomba atómica» en el último cuarto mete a Bilbao Basket en la final de la FIBA Europe Cup

Un parcial de 41-16 ha reventado la eliminatoria contra el Dijon, después de una jugada saldada con tres técnicas que ha cambiado por completo el partido. Abdur-Rahkman, Zoran Dragic y el inesperado Bassala Bagayoko han cambiado el signo de la eliminatoria. En la final espera el Paok de Salónica.

Euforia en los jugadores de Bilbao Basket tras la remontada.
Euforia en los jugadores de Bilbao Basket tras la remontada. (Aritz LOIOLA | FOKU)

SURNE BILBAO BASKET 97 (155) - JDA BOURGOGNE DIJON 68 (145)

¡Paren las máquinas! Surne Bilbao Basket jugará la final de la FIBA Europe Cup después de un último parcial lisérgico e increíble de ¡41-16!, frente a un Dijon que ha perdido completamente los papeles en los seis últimos minutos del encuentro, luego de haber controlado la eliminatoria por completo durante más de 30 minutos.

Una jugada saldada con tres técnicas, una a De Ridder, otra al banquillo bilbaino y otra al jugador visitante McDuffie ha transformado el partido y la eliminatoria. el marcador en aquel momento era de 64-56. es decir, en ese momento de conexión eléctrica, el parcial ha sido de 33-12, impensable visto lo visto en los minutos anteriores. Ni los propios jugadores bilbainos daban crédito a lo que ellos mismos han protagonizado en los minutos finales, con jugadores como Abdur-Rahkman, Thijs De Ridder y un espectacular Bassala Bagayoko tirando del carro en esos momentos donde lo imposible se ha hecho carne. Un milagro en toda regla impulsado nadie sabe cómo, pero que lleva a los bilbainos a vérselas de nuevo contra el Paok de Salónica –que ha ganado 88-90 al Cholet en la prórroga–Salonica, jugando el primer partido en Miribilla el 16 de abril y la vuelta en tierras helenas el 23 del mismo mes.

«El partido lo ha cambiado la bomba atómica del último cuarto», ha indicado Zoran Dragic, agradecido con el público, «porque nos ha ayudado a creer y hacer realidad lo que parecía imposible».

Como 20 puntos no se remontan contemporizando, Miribilla ha comenzado a tope de revoluciones desde el salto inicial, unas revoluciones correspondidas por un parcial de 7-0 con canastas de Dragic y Frey, más dos tiros libres de un rescatado Tomasz Gielo, mientras que las gradas del Bilbao Arena han hervido al son de «Jo ta Ke! Irabazi arte!»

En este arranque tan explosivo ha destacado de manera muy positiva Amar Sylla, erigido en un tótem en intimidación, actividad y rebote. Harald Frey, en cambio, ha perdido un par de balones a cuenta de la capacidad física francesa, por no hablar de la falta de consistencia en el tiro de los de Jaume Ponsarnau, que ha impedido agrandar la renta después del primer impulso, por más que la intensidad atrás haya puesto a los hombres de negro en el camino correcto.

Esa falta de acierto ha enfriado un tanto los ímpetus bilbainos, por más que la iniciativa haya seguido siendo local. El Dijon también ha podido acortar su desventaja, pero su mano desde más allá del arco tampoco ha estado fino, aunque los puntos en la pintura de Ware le han venido de fábula.

Un matazo al rebote del joven Bagayoko ha sido el segundo punto de apretura bilbaina, segundos antes de acabar el primer cuarto que ha terminado con la máxima renta hasta el momento: 20-12, a pesar de haber firmado un 2 de 8 en triples y un 4 de 6 en tiros libres. Dentro de lo que cabe, al menos la progresión ha empezado la adecuada.

Con el inicio del segundo cuarto ha llegado la decena de puntos de ventaja para los hombres de negro; en rigor, el 50% del camino ya estaba recorrido, por más que la ansiedad y las prisas hayan sido palpables en cada acción sobre el parqué. Pero la ansiedad y las prisas han sido bidireccionales en este partido, con el Dijon queriendo echarle hielo a la eliminatoria sin tomarse el instante de pausa adecuado. Hasta que Julien, como el partido de ida, ha decidido echarse al equipo galo a sus espaldas. El internacional francés y Karmadine han conseguido bajar de esa frontera de los dos dígitos, por lo que Jaume Ponsarnau, cuando ha visto el marcador comprimirse en el 26-20, ha decidido que ya bastaba, pidiendo tiempo muerto para volver a empezar en el trabajo de zapa.

Sin embargo, el aro se ha empezado a cerrar más de lo esperado y las malas decisiones, e indecisiones ante los tiros claros, han empezado a aflorar. El Dijon tampoco ha tenido un día nada lúcido de cara al aro, pero como ha jugado a favor de obra, con contemplar los fallos de su rival le iba bastante bien. Tanto es así, que entre Hrovat y Kamardine el cuadro francés se ha arrimado 28-26, volviendo la perspectiva de cualquier intento de remontada del 77-58 del partido de ida en un mal chiste.

Un mal chiste endulzado por el triple de De Ridder antes de alcanzar el descanso con 35-30. Es decir, que Bilbao Basket ha perdido el segundo cuarto por 15-18 y ha firmado un 1 de 9 en triples, muchos de ellos liberados y desde la esquina, el triple que mejores porcentajes suele dar a los tiradores. Cierto que el Dijon ha llegado al descanso con un 0 de 10 en tiros lejanos, pero con los 10 puntos de Ware y las 8 pérdidas locales, se han bastado y sobrado para llevar la semifinal con comodidad.

De la voluntad a las técnicas

Por falta de voluntad no ha sido, ni tampoco por no intentarlo. De hecho, Abdur-Rahkman y Dragic le han quitado la tapa al maldito aro en este tercer acto, por más que la réplica visitante no se ha hecho esperar. Hrovat desde el exterior y Ware y McDuffie desde la pintura han mantenido a raya a los hombres de negro, que no han podido ni llevarse el cuarto.

Por lo menos la capacidad de sacrificio de los de Jaume Ponsarnau ha convencido y vuelto a meter a los aficionados del Bilbao Arena, que han creído en lo imposible cuando la renta local se ha aproximado fugazmente a la decena. Sin embargo, la réplica del Dijon ha sido elocuente: parcial de 0-7 cerrado por un mate de Booth, con el mentado Booth y Julien refrendando en ataque la mejoría defensiva de un conjunto francés sin contemplaciones a la hora de bajar el duelo al barro –metiendo manos, cargando el rebote, sin rehuir ningún contacto–, por más que varios de sus jugadores se han cargado de personales.

Y en estas, el duelo ha afrontado su último cuarto con un 56-52 en el marcador y pocas esperanzas de voltereta en el ambiente, y menos aún cuando McDuffie ha anotado desde la media distancia en el primer ataque de Dijon. De hecho, el cuadro francés ha llegado a empatar a 56, cuando Bilbao Basket se ha disparado con un parcial de 8-0 logrado entre Cazalon y Rubén Domínguez.

Y con 64-56 se ha armado el Belén, cuando un discutido balón otorgado al Dijon y protestado por los hombres de negro se ha saldado con técnica a De Ridder y al banquillo bilbaino por un lado, y al jugador visitante McDuffie, por el otro. Una bronca que, después de provocar la indignación del público, se ha saldado con tiro libre para el Dijon y balón para Bilbao Basket: el rey Salomón partiendo al niño por la mitad, otra vez.

Este electroshock ha provocado un último impulso por parte de Bilbao Basket. Zoran Dragic ha anotado varias carreras típicas en él, a De Ridder la técnica le ha venido bien para crecerse en la pintura y Abdur-Rahkman ha igualado la máxima renta cuando ha clavado el triples del 76-66, con cuatro minutos y medio por jugarse. De absolutamente imposible, ha pasado a casi imposible; todo un avance, sin duda.

El juego ha enloquecido, como se ha visto en el ataque francés culminado con un triple sin pies ni cabeza de McDuffie que ni ha visto el aro, seguido de un ˜dos más uno» que Abdur-Rahkman ha arrancado de las fauces de la falta en ataque. De pronto, ha habido eliminatoria y una opción, si acaso remote, para la voltereta. En un partido tan ilógico como este, lo improbable es ley y lo imposible, cotidiano. Tanto es así, que un «triple ignorante» –al estilo del exjugador Gianluca Basile– de Zoran Dragic se ha convertido en tres tiros libres para el esloveno, poniendo una máxima de 14 puntos en el luminoso con tres minutos largos por jugarse: 80-66.

Bagayoko se ha vuelto gigante en la zona y el ex del Fuenlabrada ha encontrado en De Ridder para poner la eliminatoria bullente: 84-66 a más de dos minutos para el final, y con un Dijon completamente desarbolado, en buena medida por el volantazo arbitral de la jugada de las técnicas, mientras los 6.192 valientes congregados en Miribilla han empezado a creer de verdad en que era posible la voltereta.

Y como para no, cuando un triple de Abdur-Rahmkan ha consumado esa remontada al elevar el 87-66 a minuto y medio para el final, y Dijon que se ha visto incapaz de meter ni los tiros libres. Después de haberlo tenido todo perdido, de pronto, los hombres de negro se han visto en la tesitura de ganar lo que tenían perdido, o de perder lo que tenían ganado.

El último minuto ha entrado con 89-66, cuando Hrovat ha anotado un tiro dificilísimo an tabla. Pero de esloveno a esloveno, Zoran Dragic le ha replicado con un triplazo que ha supuesto el sello a una eliminatoria lisérgica y que pone a los hombres de negro en su primera final desde la Eurocup de 2013.

FICHA TÉCNICA:

BILBAO BASKET: Harald Frey (3), Abdur-Rahkman (19), Zoran Dragic (18), Thijs De Ridder (16) y Tomasz Gielo (4) –quinteto inicial–, Melwin Pantzar (5), Malcom Cazalon (12), Rubén Domínguez (5), Bassala Bagayoko (8) y Amar Sylla (6).

DIJON: Julien (5), Hrovat (10), Sengfelder (4), McDuffie (18) y Ducote (2) –quinteto inicial–, Booth (11), Dokossi (2), Ware (12) y Kamardine (4).

Parciales: 20-12, 15-18, 21-22, 41-16.

Árbitros: Anaya (Panamá), Maciulis (Lituania) y Männiste (Estonia). Han señalado técnica al jugador local De Ridder, al visitante McDuffie y al banquillo bilbaino. Han eliminado por doble ténica al visitante McDuffie.

Incidencias: 6.192 espectadores en el Bilbao Arena, en el partido de vuelta de la semifinal de la FIBA Europe Cup.