Tanto esfuerzo de la Real en la Copa, ¿para nada?
Los resultados son importantes, pero un club no es relevante si no genera en torno a sí un sentimiento de pertenencia. Y eso se consigue en buena parte con noches épicas como la protagonizada por la Real en el Bernabéu. Porque a veces se gana aunque se pierda. ¿La Cartuja? Quizás el año que viene.

Existe en el fútbol una corriente filosófica que defiende que no merece la pena gastar demasiadas energías en un torneo como la Copa, en la que solo el campeón tiene premio, un título y un billete europeo que, ciertamente, es mucho más sencillo de conseguir por la vía de la Liga.
Desde un punto de vista meramente contable el argumento no admite discusión. De hecho, si el campeón de Copa, como va a suceder este año, está clasificado para la Champions, el puesto continental del torneo del KO rebota a la Liga, que este año, entre una cosa y otra, puede repartir hasta ocho pasaportes.
Sucede que un club de fútbol no es una empresa de tornillos, una petrolera o un banco sin entrañas. El fútbol va, no solo pero también, de sentimientos. Va de pertenencia, va de cohesión social, va de sentirse representados por un grupo de chavales que sí, son ricos prematuros, pero son los nuestros.
Sobre todo si buena parte de ellos dieron sus primeras patadas en las plazas de Donostia, Eibar, Azkoitia, Etxauri, Beasain o Astigarraga; si tienen fotos con una camiseta blanca y azul de cuando apenas levantaban dos palmos del suelo. Ellos juegan por aquellos que se quedaron por el camino, que nos quedamos en la grada, porque muchos son los llamados y pocos los elegidos.
Cuando todo esto se olvida, Don Fútbol nos lo recuerda con un partido memorable en un estadio temible. Un Bernabéu en el que aspirantes a reyes han salido zarandeados como peleles. Que se lo pregunten al Manchester City este mismo curso, sin ir más lejos.
«Nadie daba un duro por nosotros»
Al término del encuentro, Imanol remarcó que «nadie daba un duro por nosotros, el equipo ha demostrado que no le falta juego, carácter, ni personalidad. Hemos hecho muchísimas cosas bien para poder estar en esa ansiada final que deseábamos. Hay veces que te puedes ir orgulloso y este es el caso. En casa y hoy el equipo ha hecho unas semifinales muy por encima de las expectativas de muchos y hoy nos ha faltado poco».
Y es cierto que la Real de este curso se ha mostrado bastante irregular. Como es cierto que también miró a los ojos a un Manchester United que necesitó de ayuda arbitral para imponerse, o que es uno de los pocos equipos que esta temporada ha hecho besar la lona al Barcelona.
El técnico de Orio se mostró «dolido» por la jugada previa al 3-3, cuando Alberola Rojas no pitó un fuera de juego de Mbappé en una jugada en la que el astro francés no toca el balón pero sí interviene. «Nos han eliminado de la Copa del Rey como en la Europa League, seguramente teniendo ayudas en un apartado en el que pedimos que todo sea neutro. El Real Madrid no necesita este tipo de ayudas porque es un grande y lo ha demostrado toda su historia», apuntó en caliente.
Con el reglamento en la mano la jugada no era revisable porque no terminó en gol, sino en córner, que fue el origen del tanto de Tchouameni. Además, el árbitro también podía haber pitado minutos antes un penalti tras un manotazo de Remiro en el rostro de Bellingham. Comparar este arbitraje con el atraco sufrido en Manchester parece exagerado.
«El resultado no siempre es el objetivo»
Dicho esto, me escribía esta mañana un amigo cántabro, hincha de ese Racing repleto de vascos que apunta a Primera, para darme la enhorabuena y recordar que «el resultado no siempre es el objetivo». Porque a veces lo que importa es el viaje, el cómo, el poso. Lo que se siembra en el corazón de miles de niños y niñas que este miércoles habrán ido a la ikastola con sueño y una camiseta de rayas verticales. ¿Cómo encajas ese sentimiento en una cuenta de pérdidas y ganancias?
«No es la primera vez que el Real Madrid le da la vuelta a la situación incluso con más desventaja. Sentimos pena y dolor, porque hemos peleado para estar en la final, pero muy orgulloso de lo que ha hecho el equipo. Las noches históricas se quedan en el recuerdo si pasas a la final, pero esta también se me quedará en el corazón», aseguraba Imanol.
Restan nueve partidos y una decisión trascendental. «Este partido nos tiene que dar ese plus que muchas veces nos ha faltado. Os digo de verdad que venimos haciendo una temporada muy buena a partir de la sexta jornada. Hemos hecho algo que nunca había hecho la Real Sociedad, jugar 19 partidos con muchas cosas en juego. Seguramente nos ha faltado gol en algunos momentos», expuso el técnico.
La Real regresó tras el encuentro, hoy sesión de recuperación, mañana descanso y viernes y sábado preparará el partido de Las Palmas, el domingo a las 14.00. El objetivo es conseguir otra vez, la sexta consecutiva, plaza para Europa.
A finales de este mes, o principios de mayo, Imanol anunciará si sigue o no. El de Orio, digan lo que digan sus ‘haters’, sigue liderando una era que quedará grabada con letras de oro en la historia de club. El nuevo libro del que hablaba Aperribay vivió en el Bernabéu un capítulo memorable. No es poco para un torneo por el que no merece la pena esforzarse. O igual sí.

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